ECONOMÍA CIRCULAR | La #innovación, clave de la #EconomíaCircular

ECONOMÍA CIRCULAR | La #innovación, clave de la #EconomíaCircular
El desarrollo de una economía circular es una de las bases para lograr disminuir el uso intensivo de recursos naturales y la generación de residuos a la vez que se mejora la calidad de vida y se potencia la economía y el empleo. Las innovaciones y soluciones que se desarrollen en Europa podrán ser extrapoladas, de manera adaptada, a todo el planeta.

La economía circular no solo implica a residuos o a determinadas materias primas críticas.  También precisa de un cambio crítico en los actuales sistemas de producción, distribución y consumo para conseguir hacerlos más eficientes, competitivos y sostenibles y el resultado nos llevará a un diseño más inteligente, a considerar el ciclo completo de la vida de los productos y a diseñarlos de manera óptima para prolongar la vida útil de las materias primas.

Un ejemplo de economía circular: el caso del plomo



El plomo ha sido empleado como materia prima desde hace más de 4.000 años debido a sus particulares propiedades. Los barcos de la antigua Grecia, las monedas chinas y las tuberías de agua romanas empleaban el plomo por su densidad, maleabilidad, capacidad de aleación con otros metales y por su resistencia a la corrosión. Se estima que los romanos llegaron a extraer unas 80.000 toneladas de plomo al año para su expansivo sistema de distribución y abastecimiento de agua. Desde entonces, las tuberías de plomo han sido empleadas en las redes de agua hasta su sustitución a finales del siglo XX, momento en el que fueron descartadas debido a su riesgo tóxico y bioacumulable.

El plomo se ha empleado en la construcción de los tejados del Palacio Real de Madrid, de la Catedral de Notre Dame o de la Abadía de Westminster. Durante siglos, ha sido también empleado como base para la fabricación de munición o, desde hace unas décadas, como escudo radiológico. Con la llegada del uso masivo del automóvil, la principal aplicación del plomo ha pasado a ser la fabricación de las baterías ácido-plomo, lo que supone cerca del 80% del uso total del material en la actualidad según recoge The amazing story of lead recycling (Rick LeBlanc, The Balance Small Business 2016).

Aunque el plomo es un material versátil y muy rico en usos, también es tóxico y, al mismo tiempo, uno de los más reciclados. La recuperación y el reciclaje del plomo aporta grandes ventajas medioambientales y sanitarias además de económicas, dado que supone un ahorro del 60% de la energía necesaria para su producción en relación con la extracción a partir del mineral y se eliminan también los costes de tratamiento y vertido.

El conocimiento de los perjuicios causados por el uso del plomo en la salud y en el medioambiente, junto con el valor de sus aplicaciones, ha facilitado la generación de una economía circular del plomo en los países más desarrollados. En 2013, la producción mundial de plomo reciclado fue de 6,7 millones de toneladas, equivalentes al 54% de la producción anual mundial. En Estados Unidos, la totalidad de la producción de plomo procede de plomo reciclado y, en la Unión Europea, supone el 74%. En ambos casos, las tasas de reciclado se acercan al 100%.

Globalización y materias primas críticas 

Principales países productores de Materias Primas Críticas Principales países productores de Materias Primas Críticas (Fuente: Comisión Europea)

A medida que avanza el proceso de la globalización, crece la demanda de materias primas y se intensifican la extracción y el uso de recursos naturales en todo el mundo, lo que ha provocado, en parte, la reducción en la cantidad de determinados materiales y recursos naturales que ya han comenzado a escasear, el aumento de precios y la elevada dependencia de un número limitado de países y empresas productoras, como es el caso de la lista de las 27 materias primas (12) identificadas por la Unión Europea.

Estas materias primas se consideran críticas porque el riesgo de la escasez de suministro y sus efectos sobre la economía son particularmente importantes. Por ejemplo, China genera el 87% de la producción mundial de antimonio y magnesio, el 84% de la de wolframio, el 69% de la de grafito natural, el 67% de la de germanio y el 57% de la de indio, entre otras. Además, éstas son materias difíciles de sustituir o reciclar con las tecnologías actuales, pese a ser esenciales para un gran número de industrias productivas.

Europa importa materias primas y productos manufacturados de todo el planeta. A su vez, en un consumo lineal (intensivo y de un solo uso), estos productos acaban convirtiéndose en residuos y desechos. Hoy en día, nos deshacemos de las cosas no solo porque sean inútiles o inservibles, sino por muchas otras razones (moda, deterioro, pequeños defectos, caducidad, reemplazo) que terminan produciendo millones de toneladas de materiales perdidos que podrían ser regenerados y contar con otra vida útil, ya sea mediante reutilización o mediante reciclado como materias primas secundarias.

La economía circular empieza a ser una necesidad visible e ineludible. Antes o después, tendremos que convertir nuestro modelo de economía lineal en una economía circular basada menos en la extracción y el desecho y más en la reutilización continua de las materias primas, como ocurre actualmente con el plomo en Estados Unidos y en la Unión Europea.

El problema de los residuos

Un 70% más de residuos urbanos para el año 2025

Según el informe del Banco Mundial, What a Waste: A Global Review of Solid Waste Management, la producción mundial de residuos urbanos crecerá un 70% en el período 2012-2025. El informe estima que la cantidad de residuos sólidos de los municipios aumentará de 1.300 millones de toneladas al año a 2.200 millones de toneladas en 2025, y que el aumento se producirá, sobre todo, en las ciudades de rápido crecimiento de los países en desarrollo. Además, se prevé que el coste anual de la gestión de residuos sólidos aumentará de manera considerable, sobre todo en las ciudades de bajo ingreso.

En la Unión Europea, se desechan cada año 2.700 millones de toneladas de residuos de todo tipo, de los cuales 90 millones de toneladas son considerados peligrosos según Eurostat. Si bien existen considerables diferencias entre países, en torno al 40% de los residuos municipales se recicla o se reutiliza y el 60% restante se deposita en vertederos o se incinera. Según Eurostat, en 2012 se generaron en España 118.6 millones de toneladas de residuos, de los cuáles el 18% se origina en los hogares y el 82% en las actividades económicas.

La generación de residuos se mantiene estable en la Unión Europea pero algunos flujos, como los de la construcción y la demolición, los lodos de depuradora y los desechos marinos, siguen aumentando. La industria extractiva, junto con la construcción y demolición, representan el 41% del total de residuos generados, principalmente minerales. Las actividades industriales de fabricación y de producción de energía representan un 12% y un 5%, respectivamente. En suma, Europa pierde cada año cerca de 600 millones de toneladas de materiales en forma de residuos que podrían ser reciclados o reutilizados.

Los hogares, junto con otras actividades económicas, representan en conjunto un 42%. Los hogares y los servicios son, a su vez, los principales generadores de los denominados residuos de competencia municipal.



La gran cantidad de procesos industriales existentes y de bienes de consumo que genera la sociedad supone una gran diversidad de residuos con características muy distintas en cuanto a peligrosidad, composición, tamaño o complejidad, que requieren distintos métodos de recolección, gestión, transporte y tratamiento. Los residuos más nocivos o peligrosos tienen una legislación específica y son objeto de una recogida y tratamiento diferenciados. Sin embargo, una gran parte del total va directamente a vertederos o se recoge de manera mezclada, lo que impide su reciclado y aprovechamiento. En España, por ejemplo, el 82% de los residuos municipales se recogen mezclados y el 50% de los residuos que van a vertedero o incineración procede de los rechazos de otras plantas de tratamiento, según se recoge en el Plan Marco de Gestión de Residuos PEMAR 2016-2020 del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

La recogida mezclada ha sido, durante años, una opción con claras economías de escala en términos de coste unitario, pero ha supuesto una gran barrera a un buen tratamiento y aprovechamiento de los residuos. Por otra parte, en este entorno, la vida útil de los productos se reduce de manera progresiva y su complejidad aumenta. Por ejemplo, un smartphone contiene unos 70 elementos de la tabla periódica, muchos de los cuáles son realmente difíciles de obtener. En España, los terminales móviles se sustituyen cada dos años de media y, en un escenario en el que el vertido se irá reduciendo progresivamente, cobra mayor importancia la reparación y reutilización, así como la recogida selectiva, la separación en origen y la prevención.

En síntesis, generamos enormes cantidades de residuos que se desechan sin aprovechamiento alguno, todo ello sin considerar los costes de gestión y vertido y sus consecuencias sociales y ambientales. Es un valor económico perdido: textiles, plásticos, metales, neumáticos, aceites, residuos de construcción y demolición, mineros, electrónicos, vehículos, grandes electrodomésticos, orgánicos, etc. Todos estos productos contienen valiosos materiales que son susceptibles de recuperación y de reincorporación al sistema productivo en nuevos usos y aplicaciones.

La Unión Europea, en camino hacia una economía circular

La Unión Europea se ha propuesto convertir a Europa en una sociedad eficiente en el uso de los recursos, con el objetivo de transformar una economía lineal basada en producir, consumir y tirar, por una economía circular en la que los materiales de los residuos se reincorporen al proceso productivo una y otra vez.

En el marco de la Estrategia 2020, se aprobó la Hoja de ruta hacia una Europa eficiente en el uso de los recursos, que marca los objetivos y los medios para trasformar la economía actual en un nuevo modelo de crecimiento basado en un uso eficiente y sostenible de los recursos. Esta iniciativa contempla una revisión general de los objetivos vigentes en materia de prevención, reutilización, reciclado, recuperación y desvío de residuos de los vertederos, así como medidas para garantizar que, a través del presupuesto de la UE, la financiación pública trate como prioridad las actividades situadas en un nivel superior de la jerarquía de residuos, según se define en la Directiva Marco de Residuos.



En diciembre de 2015, la Comisión Europea presentó el paquete documental sobre economía circular que incluye, entre otras medidas, propuestas de revisión de la legislación en materia de residuos y un Plan de Acción sobre Economía Circular con una visión a largo plazo. Sus objetivos se enfocan en aumentar el reciclaje y reducir drásticamente el vertido, además de medidas para abordar todas las fases del ciclo de vida de los productos (producción, consumo, gestión de los residuos y los mercados de materias primas secundarias). Asimismo, el Plan se centra en cinco flujos de materiales: plásticos, residuos alimentarios, materias primas críticas, residuos de construcción y demolición y biomasa y productos biobased. Del mismo modo, la nueva Estrategia Europea de Plásticos representa también un paso más en la transición hacia una economía circular.

En definitiva, en los próximos años veremos cómo, de manera progresiva, se produce un vuelco en la gestión de los residuos en la UE y por lo tanto, en España. La Directiva Marco de Residuos y la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados establecen una jerarquía en el tratamiento de residuos en la que se prioriza la prevención como el sistema más eficaz, seguida de la preparación para la reutilización, el reciclado, otras formas de valorización y por último, la eliminación.

España necesita un entorno adaptado al cambio 



En España, la Administración General del Estado aprobó el Plan Estatal Marco de Gestión de Residuos PEMAR 2016-2020, que establece medidas de ejecución y describe los principales rasgos de la gestión de residuos. Por su parte, las Comunidades Autónomas han elaborado sus propios planes autonómicos. En 2017, los Ministerios de Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y Economía, Industria y Competitividad plantearon el Pacto por la Economía Circular para impulsar, con distintos agentes económicos y sociales, la transición a una economía circular en el marco de la Estrategia de Economía Circular: España Circular 2030 que se está elaborando actualmente.

En este contexto, la aplicación efectiva de la jerarquía de residuos abre nuevas oportunidades para las empresas. Por ejemplo, en cuanto a construcción de nuevas instalaciones con nuevas capacidades para la selección y el reciclado y a la actualización de instalaciones ya existentes; recuperación de materiales y/o energía de vertederos, con nuevos sistemas de recogida y gestión; desarrollo de productos más reciclables y que estén fabricados con materiales reciclados; y servicios que primen el uso sobre el consumo y minimicen la extracción de materias primas y nuevos recursos naturales.

Es necesario el desarrollo de mercados de productos o materias primas recicladas competitivas en este entorno, lo cual dependerá en buena medida de la creación de valor a partir de materiales reciclados y de un sistema de incentivos económicos y de mercado que premie y recompense la prevención y la reutilización a la vez que consiga disuadir a empresas y consumidores de la producción y eliminación de residuos. Para que este escenario de produzca, será necesaria también una revisión de la normativa y de la definición de residuo que favorezca su reciclado y comercialización como una materia prima secundaria o un nuevo producto.

El objetivo principal es el de lograr cambios en la forma de hacer de productores y fabricantes, distribuidores, consumidores y usuarios, entidades financieras y gestores, entre otros. Estas transformaciones en la cadena de valor darán lugar a nuevas empresas, productos, servicios y empleos y se crearán nuevos retos y oportunidades para el desarrollo de empresas más dinámicas e innovadoras. La eficiencia en el uso de los recursos materiales será una transformación paralela y comparable a la de la eficiencia energética.

La innovación: clave para una nueva gestión de los materiales



La economía circular es un campo abierto a una rica y variada innovación tanto tecnológica como de otros tipos. La digitalización y las tecnologías de la información, por ejemplo,  pueden introducir importantes mejoras y oportunidades en el contexto de las ciudades inteligentes. Nuestro perfil será cada vez menos de consumidores y más de usuarios, que pagan por el uso de un bien durante un tiempo limitado en lugar de por su adquisición y propiedad definitiva. Vivimos en una época de rápida expansión tecnológica en muchas áreas de conocimiento que convergen en aplicaciones muy diversas.

El desarrollo y la aplicación de las tecnologías de la información y las comunicaciones están acelerando la transformación de muchos ámbitos de la sociedad. Existe una demanda global de producción y distribución en más lugares, a menor coste y en menores tiempos, lo que implica sistemas de transporte más rápidos, de mayor alcance, a mayor escala y más económicos. Otras tendencias son la expansión de las ciudades y el crecimiento de la población urbana, el cambio climático o las consecuencias de la contaminación en el medio ambiente y la salud. Se trata de nuevos retos que demandan soluciones y respuestas a corto, medio y largo plazo.

Este nuevo escenario requiere del desarrollo de nuevas tecnologías, de nuevos productos y servicios, de empresas dinámicas que cambien sus procesos hacia otros más eficientes y que abran nuevas áreas de negocio. Hacen falta empresas que colaboren entre sí (simbiosis industrial) y que investiguen y diseñen sus productos para la reutilización y el reciclado. También será necesario que los nuevos productos igualen o mejoren en prestaciones y coste a los actuales. En este sentido, ya se están haciendo grandes avances en biomateriales que pueden reemplazar a plásticos y otros materiales actuales.

Además, serán imprescindibles incentivos e instrumentos económicos que orienten la inversión hacia una economía circular. Habrá que crear un contexto favorable de medidas organizativas, legislativas, fiscales y económicas que apunten en la misma dirección. Asimismo, será fundamental contar con una sociedad que en su conjunto avance hacia la eficiencia material y energética para dejar de producir desechos y crear una economía regenerativa.

Investigación y economía circular: el proyecto PAPERCHAIN



En el Programa Horizonte 2020, esta problemática asociada al desarrollo de la economía circular se aborda en varios retos, como el Reto Social 5 (Acción por el clima, medio ambiente, eficiencia de recursos y materias primas), o en la prioridad de Liderazgo Industrial, dentro del área de NMBP, enfocada en el desarrollo de tecnologías facilitadoras esenciales (key essential tecnologies) como microelectrónica, nanoelectrónica, fotónica, nanotecnología, biotecnología, materiales avanzados y sistemas de fabricación avanzados.

En este sentido, hay que destacar la convocatoria Industria 2020 en la economía circular del programa de trabajo 2016-2017 de Horizonte 2020, que se financia desde distintos programas, aportando un total de más de 650 millones de euros para proyectos innovadores de demostración en apoyo de los objetivos de la economía circular y de la competitividad industrial en la UE. A título de ejemplo, entre los proyectos de Horizonte 2020 de economía circular ya en ejecución, destaca PAPERCHAIN, coordinado por una empresa española cuyo objetivo es desarrollar y poner en práctica cinco innovadores modelos de economía circular centrados en la valorización de los flujos de residuos generados por la industria papelera y de pasta de papel como materias primas secundarias para otros sectores intensivos en consumo de recursos; en concreto, en los sectores de la construcción, la minería y la industria química.

Novedades en el programa Horizonte 2020



Una de las principales novedades del programa de trabajo de Horizonte 2020 en este sentido es la introducción de cuatro áreas transversales a los distintos programas temáticos, que destacan expresamente por estar alineadas con grandes prioridades políticas de la Unión Europea. En conjunto, las áreas focales cuentan con un presupuesto de más de 7.000 millones de euros, a partir de las contribuciones de los distintos programas de trabajo temáticos.

  1. Construyendo un futuro bajo en carbono y resiliente al cambio climático (LC).

  2. La Economía Circular – Conectando beneficios económicos y medioambientales (CE).

  3. Digitalización y transformación de la industria y servicio europeos (DT).

  4. Potenciando la eficacia de la Seguridad de la Unión Europea (SU).


Muchos de los resultados del área focal de economía circular (CE) contribuirán a los objetivos del área LC para avanzar en la lucha global contra el cambio climático y en los compromisos de la UE asumidos en el Acuerdo de París. Recíprocamente, esta área focal también contribuirá a intensificar la innovación orientada al mejor uso de los recursos y la energía, a través de la descarbonización de la economía. Dentro de Horizonte 2020, los proyectos de economía circular también tienen cabida en las convocatorias del Instrumento PYME y el Fast Track to Innovation, integrados en el Consejo Europeo de Innovación (EIC).

Los Fondos Comunitarios

Otra fuente de financiación para los proyectos relacionados con la Economía Circular son los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE) ¹, que en el período 2014-2020 se centran en 11 objetivos temáticos. Varios de de ellos están estrechamente vinculados con la eco-innovación y con la economía circular. En particular, los objetivos temáticos prioritarios de FEDER (1-4) y el objetivo temático 6: preservación y protección del medio ambiente y fomento de la eficiencia de los recursos. Los fondos asignados a la política de Cohesión (2014-2020) superan los 325.000 millones de euros, de los que cerca de 38.000 millones se destinarán a España.

Tabla 1. Prioridades de la Política de Cohesión de la UE (2014-2020)







































Objetivos temáticos 2014-2020
1. Fortalecimiento de la investigación, del desarrollo tecnológico y de la innovación
2. Mejora del acceso, del uso y de la calidad de las tecnologías de la información y de la comunicación
3. Mejora de la competitividad de las PYME
4. Apoyo de la transición hacia una economía de bajas emisiones de carbono
5. Fomento de la adaptación al cambio climático y gestión y prevención de riesgos
6. Preservación y protección del medio ambiente y fomento de la eficiencia de los recursos
7. Fomento del transporte sostenible y mejora de las infraestructuras de redes
8. Fomento del empleo sostenible y de calidad y apoyo a la movilidad laboral
9. Fomento de la inclusión social y lucha contra la pobreza y contra cualquier tipo de discriminación
10. Inversión en educación, formación y aprendizaje permanente
11. Mejora de la eficiencia de la administración pública

 

El CDTI es uno de los organismos intermedios de gestión de los fondos, por lo que complementa sus recursos propios con otros de FEDER para financiar proyectos de I+D a través de sus distintas líneas de financiación de proyectos individuales, colaborativos, CIEN y, especialmente mediante el programa FEDER Innterconecta, actualmente orientado a proyectos desarrollados en las CCAA de Andalucía, Castilla y León, Castilla La Mancha, Canarias, Extremadura y Murcia.

Plataformas tecnológicas y economía circular

El @CDTIoficial también colabora de manera continua con las plataformas tecnológicas españolas para promover la creación de consorcios y proyectos de I+D tanto nacionales como europeos e internacionales.

Las plataformas tecnológicas españolas están activas en la emergente innovación asociada a la economía circular. En 2014, PLANETA, SusChem-España, Food for Life-Spain, PLATEA, Plataforma del Agua y MANU-KET constituyeron un Grupo Inter-plataformas de Economía Circular orientado a promover la innovación en el ámbito del uso eficiente de los recursos, en línea con las políticas y estrategias europeas y nacionales. Actualmente, este grupo lo integran 22 plataformas tecnológicas que colaboran para poner en contacto a empresas, grupos de investigación y otros agentes del sistema de I+D+i español.

CDTI y la ecoinnovación

Con carácter general, las ayudas de @CDTIoficial tienen un carácter transversal, de modo que no existe de partida una preferencia o discriminación en relación con las tecnologías de los proyectos evaluados más allá de su calidad y viabilidad técnica y económica. No obstante, en los últimos años se han definido programas con carácter temático como las EEA Grants y las ERA-NET, cuyo propósito es el de impulsar proyectos de colaboración internacional en áreas de interés mutuo. Desde @CDTIoficial, se apoyan eco-innovaciones de todo tipo, esencialmente tecnológicas, orientadas al desarrollo o mejora de productos, servicios y procesos en las empresas.

Así, dentro de las trece áreas tecnológicas en las que @CDTIoficial clasifica los proyectos, durante el periodo (2010-2016) se identifican 604 participaciones de empresas en proyectos en el área tecnológica de medioambiente y ecoinnovación, con una aportación total asociada de 252,6 millones de euros (4,1% del total), situándose en una posición similar a la de las áreas farmacéutica y eeroespacial y por encima de otras como biotecnología, salud y transporte e infraestructuras.

El Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) es la Agencia Estatal de Innovación que asesora, financia e internacionaliza los proyectos empresariales de I+D e innovación de empresas y entidades españolas y gestiona la participación española en los organismos internacionales de I+D+I, como Horizonte2020 y Eureka, y en las industrias de la Ciencia y el Espacio.

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Notas

  1. La política de Cohesión de la Unión Europea financia proyectos a través de los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos con el propósito de reducir las diferencias entre las diversas regiones y el retraso de las regiones menos favorecidas. En España, los Fondos EIE incluyen, para el período 2014-2020, al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), Fondo Social Europeo (FSE), Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).


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